Recientemente el Hospital 12 de
Octubre de Madrid ha lanzado una campaña para concienciar sobre los peligros de
zarandear a un bebé, yo había escuchado que podía tener consecuencias fatales
pero cuando he leído sobre esta campaña me parece fundamental que todas las
mamis y papis conozcamos las consecuencias que puede tener para la salud e
incluso la vida de nuestro hijo. En los últimos 15 años en este hospital se han
registrado un total de 24 casos con una edad comprendida entre 1 y 8 meses, de
los que cuatro fallecieron. El 91 % de ellos precisó ingreso en UCI Pediátrica y un
tercio requirió intervención
neuroquirúrgica.
Son muchas las ocasiones en las
que el llanto inconsolable de nuestro pequeño nos lleva a situaciones límites
(lo hemos vivido casi todos los padres en algún momento). Yo en estos casos
intento calmarle cantándole, meciéndole suavemente y poniéndole al lado de mi
corazón. Y si la situación continúa horas lo mejor es poner a tu peque en su
cuna y alejarte unos minutos para buscar un poco de calma y retomar la
situación. Si un bebé llora es porque algo le pasa: hambre, frío, calor,
dolor…. Los niños no tienen otra vía de expresión que no sea el llanto. Así que
si tras probar que tu hijo ha comido, está cambiado, está abrigado de acuerdo a
la temperatura, es que algo le duele. Las mamis de hijos con cólicos o reflujo
bien lo sabemos y en estas situaciones sólo queda tener mucha paciencia,
palabras dulces, canciones de cuna y mucho amor. De verdad que perder los
nervios no conduce a nada y zarandear a nuestro bebé puede tener consecuencias
fatales.
Esta sacudida, conocida como
Síndrome del Niño Zarandeado o Trauma Craneal No Accidental -TCNA-, puede
ocasionar al bebé lesiones cerebrales muy importantes, problemas de visión,
fracturas costales, asfixia e incluso el fallecimiento. El síndrome se
caracteriza por la presencia de hemorragia intracraneal y retiniana, edema
cerebral y posibles fracturas óseas ocultas, aunque paradójicamente no existen
signos externos traumáticos o son casi imperceptibles. Los especialistas del
Hospital 12 de Octubre explican que este tipo de movimientos realizados por
adultos no suelen ser premeditados y ocurren en momentos de desesperación ante
la imposibilidad de calmar al bebé. Aunque el síndrome puede tener lugar en todos
los niveles socioeconómicos y culturales, son factores de riesgo la juventud de
los padres, el aislamiento social y familiar, los embarazos no deseados y niños
irritables o con problemas de neurodesarrollo. Un bebé sano puede llorar
durante horas. El llanto evoluciona siguiendo una curva que comienza a las dos
semanas de vida, tiene un pico a los 2 o 3 meses y disminuye a partir de los 4
o 5 meses de edad. Este periodo es el que se conoce como "período del
llanto inconsolable" o "cólico del lactante" y se caracteriza
porque está fuera de control, se presenta con gestos de dolor y suele ocurrir
por la tarde o durante la noche.
Los expertos aconsejan acercar a
tu hijo al pecho o pasearle para intentar calmarle. Si aun así no encuentra
consuelo, recomiendan dejarlo en la cuna boca arriba, comprobar que no tiene
hambre, frío o calor y que el pañal está limpio, o dejarlo solo en la
habitación y comprobar cada 10 o 15 minutos que continúa bien.
Os dejo el link de YouTube de
esta campaña donde lo explica todo perfectamente:
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