El desarrollo de los peques no es lineal, y además, cada niño es un mundo,
no podemos generalizar pero es verdad que en torno a los dos años es frecuente
que los papis notemos algunos cambios significativos en la conducta de nuestro
hijo. Cambios muy positivos porque los peques empiezan a soltarse mucho con el
habla y ya podemos empezar a mantener un diálogo divertido con ellos (y esa
lengua de trapo tan graciosa) … Pero también llega la etapa de crisis donde las
rabietas, o el llevar la contraria a todo, suelen ser más frecuentes.
Como en muchos momentos de la vida y educación de nuestros hijos, una vez
más tenemos que armarnos de paciencia (paciencia tamaño XXXL) y tratar de
entender lo que realmente les pasa a los niños a esta edad.
En torno a los dos años el nivel de razonamiento y de lenguaje les permite escoger y expresar sus elecciones, pero aún de forma
imperfecta (lo que le genera frustración si no es entendido). Todo esto suele
suceder con el momento en el que quitamos el chupete y el pañal y muchas veces
con la llegada de un hermanito (como es mi caso) … ¡¡pues para qué queremos
más!!
Es una etapa del desarrollo de nuestros hijos que están definiendo su personalidad.
Una etapa donde nuestros hijos disfrutan escogiendo las opciones que más gustan,
y al mismo tiempo, les disgusta tremendamente que no se respeten esas
elecciones.
En el día a día, todo esto se refleja en:
- El no por norma. Hay
momentos que me pregunto si sabe decir que sí …
- La rabieta. Es su forma de expresar la frustración cuando no consigue que los
demás se sumen a su elección.
- La agresividad. Es una
forma de rabieta que se expresa con violencia porque su capacidad de hacer
daño es ahora mayor. Al principio no interpretan que hacen daño. Poco a
poco lo identifican y ante eso hay niños que abandonan la violencia y
otros que la intensifican.
La clave antes las rabietas está
en que nuestra repuesta no sea violenta, si no tratar de que entiendan que
pegar hace daño a los demás (purica
empatía) pero en estos momentos de su vida es difícil de entender. Acudid al
castigo si es necesario y mantened vuestra postura hasta el final (a veces es
complicado, pero no cedáis). Y lo que os decía antes, preparad una dosis de
paciencia en tamaño XXXL J
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