El
comienzo de la escolarización de nuestros peques es un momento que se va a
producir más tarde o más temprano, pero por el que “sí o sí” todos los papis
vamos a tener que pasar…. Seguro que te
resulta familiar… has alargado tu baja maternal todo lo posible, exprimido
vacaciones, contado con abuelos... pero llega ese día en el que toca separarnos
de nuestros peques para que empiecen la guardería o el colegio. En el caso de
mis dos hijos han empezado la guarde a los 16 meses, hasta entonces he tenido
la suerte de contar con benditos-abuelos y con un lugar de trabajo donde me han
apoyado mucho. En este post os contaba el año pasado la experiencia que tuve
con mi hijo mayor.
¿Y ahora qué? Ni tu estás preparada/o, ni tu hijo tampoco. Para las dos partes
es duro, pero imagínate para tu peque que no entiende porque sus papis le dejan
(¡¡me abandonáis!!) en un sitio extraño (¿dónde está mi casa?) con gente
desconocida (¿quién es esta señorita que trata de consolarme poniendo esas
muecas?) y rodeado de otros niños llorones (¿a estos también les habrán
abandonado…?).
Por
todo ello comenzar la escolarización requiere un proceso, que empieza por
preparar a tu peque semanas antes, por prepararte a ti misma (hay que ser
fuerte) y por atravesar por unos días de adaptación para todos. Aquí algunos
consejos para ponértelo más fácil:
·
No
hagas coincidir el comienzo en la guarde con otros cambios en la vida de tu
peque (retirar el chupete, quitar el pañal, trasladarle a su propia habitación).
Con esto sólo conseguirás que este periodo sea aún más duro y difícil para tu
hijo.
·
Intenta
establecer unas rutinas parecidas a las que va a seguir en la guardería unas
semanas antes, me refiero a tener horarios similares de comida, de sueño, etc.
·
Nunca
dejes a tu hijo sin despedirte. Es verdad que se aconseja que las despedidas no
se alarguen para evitar que tu hijo sufra más de lo innecesario y se monte una
escena en la que los dos terminéis llorando, pero nunca te vayas sin decirle
adiós, ni darle un beso. De lo contrario, tu bichito sentirá una sensación de
abandono total.
·
Si
os resulta posible organizaros, los primeros días intentad llevarle sólo unas
horas: el primer día por ejemplo dejarle hasta antes de la hora de las comidas,
el segundo que pruebe a comer en la guarde, el tercero que se quede a hacer
también siesta, y así paulatinamente hasta hacer su jornada completa.
·
Suena
duro decirlo pero es mejor que si eres de lágrima fácil, dejes al papá la tarea
de dejarle por las mañanas, al menos al principio, hasta que tu hijo se adapte
al cole/guarde. Mi marido es más fuerte que yo y aún así los primeros días sale
con los ojos llorosos…Si en tu caso es al revés, que papá es más sensible,
entonces prueba a la inversa. Es importante que nuestro peque no nos vea
venirnos abajo.
Poco a poco tu hijo se dará cuenta que
ese “sitio extraño” donde va, es un lugar acogedor ya conocido donde aprende y
descubre de la mano de su profesora (aquella que al principio no paraba de
hacer muecas para consolarle), donde juega con su amigos (aquellos a lo que
creía otros abandonados), que mamá o papá siempre acudís por la tarde a
buscarle y le colmáis de besos, que disfrutáis con él cada momento cuando
estáis juntos.
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