Imaginemos por un momento que sentimos
un dolor de tripa intenso al final del día, que es cuando más cansados
estamos, y que no pudiésemos comunicar lo que nos está pasando con palabras.
¿Qué haríamos entonces?: ¡llorar!. Y
si a nuestro alrededor percibo que cuando más lloro y más me duele, se genera
más nerviosismo y ansiedad ¡llorar aún más!. Esto es lo que experimenta un bebé cuando
sufre un episodio de cólicos y desafortunadamente es un problema bastante
común, que afecta a 3 de cada 10 bebés ¿te resulta esto familiar?
Nosotros lo
experimentamos con nuestro primer hijo y ahora parece que los episodios
comienzan a repetirse con el segundo. Como papás nos
preguntaremos “¿y podemos hacer algo para ayudarle?”. La respuesta es “¡claro
que podemos! Nosotros esta vez hemos empezado a abordar el problema desde el principio
con algunas técnicas que quiero compartir en este post.
¿Qué
son los cólicos del lactante?
Los cólicos del lactante son, sin duda, uno de los
procesos más temidos por padres y madres de bebés desde su nacimiento. Se deben a
que los peques están pasando una etapa en la maduración de su sistema digestivo
Lo más frecuente es que aparezcan en los primeros meses de vida
del bebé, disminuyendo la probabilidad de padecerlos a partir de los 4 meses.
Se caracterizan por el llanto intenso e inconsolable del bebé sobre todo a
última hora del día y, diría yo también, por la impotencia y frustración
de nosotros los papis al no saber cómo consolarle.
Hace más de
40 años un pediatra americano, Dr. Morris Wessel, estudió este tipo de llanto y
definió lo que hoy día conocemos como cólico del lactante. Su definición del
cólico es la siguiente: el bebé llora más de tres horas al día, más de tres
días a la semana por más de tres semanas. Paradójicamente, ha habido poco
avance en este sentido desde entonces.
¿Cómo
identificarlos?
·
Cada
episodio tiene un comienzo y un final muy definido, sin tener nada que ver con
la actividad que el bebé estaba desarrollando anteriormente. El lloro comienza
de forma esporádica y se prolonga, normalmente, la misma cantidad de tiempo
cada vez.
·
Entre
episodios, el niño está perfecto y come bien
·
El lloro por
cólicos suele ser más intenso, ruidoso y con un chillido más estremecedor que
el llanto normal. Su forma de llorar da la sensación que están gritando de
dolor.
·
Un episodio
de llanto de cólicos suele ir acompañado de alguno (o todos) de los siguientes
síntomas: la cara roja como si le faltase aire, el bebé arquea su cuerpo y sube
las piernas hacia el estómago como si le doliese esta zona, tiene todos los
músculos tensos, la zona de la barriga está hinchada y dura y las manos están
en tensión (en puño).
·
El bebé que
sufre del cólico del lactante, suele tener mayor dificultad a la hora de relajarse
y, en medio de un episodio, resulta prácticamente imposible confortarle.
SOS ¿qué podemos hacer?
Si comprobáis las recomendaciones que los papis que
han sufrido cólico ponen en los foros y blogs , podréis ver que hay infinidad
de trucos que se usan para intentar acabar con el llanto. Yo voy a compartir lo
que a mí me está funcionando con mi segundo hijo (el primero tenía un sistema
digestivo tan inmaduro al ser prematuro que pocas soluciones nos sirvieron).
Lo primero es la asertividad, ponernos en la piel de
nuestro bebé, y trasmitirles que estamos ahí y que les vamos a ayudar. No
intentes darle de de comer si ves que rechaza la toma, no pasa nada si se
retrasa un unas horas. Tiene malestar y necesita calmarse primero.
Y
durante el cólico… ¡intenta que el niño coja el chupete! ¡Lo necesita! Y se calmará antes. Ya vale
de esos anti-chupeteros con cien mil artículos opinando.
A la hora de darle de comer durante el día, mantén al
bebé en posición vertical un rato después de cada toma y nunca le acuestes sin
que haya expulsado bien los gases. Aplícale calorcito en la zona de la tripa
(en Natura tienen unas mantitas que
se calientan en el microondas y vienen genial).
Los masajes en la tripa para que tu bebé expulse los
gases van muy bien, pero nunca en pleno cólico le haréis daño y será peor.
Busca ayuda en los probióticos e infusiones: yo he
probado con Reuteri (5 gotas una vez al día) y Blevit digest (1 cucharadita dentro del bibe dos veces al día), por
el momento estamos acortando el tiempo de lloros.
Esta semana nos vista un fisio para dar un masaje basado
en el Método Rubio. Os contaré en unos días…
¡Mucho ánimo y sobre todo paciencia!
Que mal se pasa cuando no se les puede consolar!!
ResponderEliminarDeseando leer vuestra experiencia con el físio
Gracias Mónica, estamos en pleno proceso de masajes, en breve compartiré con vosotras la experiencia. Besos y feliz comienzo de semana
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