Eres mamá, seguro que has
escuchado en numerosas ocasiones reproches sobre coger a tu peque en brazos, y
si no eres mamá, te pongo en aviso, seguro que alguien de tu entorno te va a
soltar “No le cojas tanto ... que se acostumbra” “Déjale que llore, ya se
callará”. Pues mamis y papis a casi tres años vista del nacimiento de mi primer
hijo os puedo recomendar que no hagáis ni caso a estos comentarios. Todo son
fases: cuando son bebés tus hijos necesitan brazos, brazos y más brazos,
calorcito, regazo, dormirle junto a ti… Y cada uno además tienen su gustos y
costumbres (Adrián era de dormir en la
postura piel con piel y Alonso es más de dormir en el regazo).
Pero tengo que deciros que esto
no es eterno, llega un momento en su vida que siguen queriendo tu cariño, of
course, pero de otra manera. A mi hijo mayor le acuesto cada día contándole un
cuento pero él solito se duerme, y mirad que cuando era bebé había que dormirle
siempre. Y ahora duerme muy agusto, del tirón casi diez horas (salvo cuando
está malito claro), no ha tenido ningún trauma porque le durmiera cada día
conmigo cuando era bebé. Al contrario es un niño que duerme fenomenal, tanto
por la noche, como sus siestas cada día.
Así que señor Estivill tengo que
darle la razón al señor González. Y he probado su método sí, sobre todo con mi
hijo pequeño (porque no me ha quedado más remedio cuando tengo que atender al
mayor y el papá no está en casa) y le aseguro que no funciona mi hijo no deja
de llorar y si entro en la habitación para consolarle y salgo es aún peor,
lejos de callarse, llora aún más fuerte.
Estivill tomó el método del estadounidense
Ferber, que consiste en aumentar progresivamente el tiempo que se deja llorar
al bebé en la cuna por las noches, hasta que deja de llorar del todo. ¿Y
funciona? Hombre pues de puro cansancio más pronto o más tarde los niños se acaban
durmiendo. Con este argumento, los padres que defienden el método justifican su
decisión. Pero, mamás, en la crianza, el fin nunca justifica los medios. Desde
mi punto de vista, si no ponemos en práctica el apego con nuestros hijos cuando
son bebés ¿cuándo lo vamos a hacer?
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