Hace unas semanas, aprovechando el buen tiempo, decidimos probar una experiencia nueva con nuestro hijo que es un gran amante de los animales. No sabíamos muy bien si el plan iba a resultarle cansado porque Adrián aún no tiene ni dos años pero os puedo asegurar que la experiencia resultó maravillosa, tanto para nuestro enano, como para nosotros que lo disfrutamos muchísimo.

Rumbo en coche y a quince minutos del centro de Madrid nos esperaba la Granja Giraluna, la cita comenzaba a las 11 y estuvimos hasta bien entrado el medio día (eso sí, haciendo un descansito a media mañana donde los papás pudimos degustar un completo aperitivo y nuestro peque comer. Si vuestros hijos presentan alguna alergia o intolerancia alimentaria sólo tenéis que comentarlo al hacer la reserva y lo tendrán en cuenta. Conmigo, que soy celiaca, os aseguro que se portaron fenomenal). Durante la mañana no paramos ni un momento, pudimos tocar a todo tipo de animales (conejos, patos, ocas, gallinas, ovejas, cabras, pollitos) e incluso darles de comer.



Resultó una experiencia genial para conectar con la naturaleza. Además, nuestro peque disfrutó muchísimo montando en pony y con el taller de galletas que celebramos en la ciudad de la duendes (casas con forma de setas) donde los niños pudieron amasar y hacer forma a los dulces. Esta granja organiza la actividad del día en familia semanalmente, podéis consultar su web o llamar. En Madrid hay otras opciones también de granjas de este tipo (de otras no tengo referencias) pero me imagino que la experiencia será igualmente muy buena. ¡Si esta Semana Santa vais a estar por aquí, puede ser un buen plan para realizar en familia!
Rumbo en coche y a quince minutos del centro de Madrid nos esperaba la Granja Giraluna, la cita comenzaba a las 11 y estuvimos hasta bien entrado el medio día (eso sí, haciendo un descansito a media mañana donde los papás pudimos degustar un completo aperitivo y nuestro peque comer. Si vuestros hijos presentan alguna alergia o intolerancia alimentaria sólo tenéis que comentarlo al hacer la reserva y lo tendrán en cuenta. Conmigo, que soy celiaca, os aseguro que se portaron fenomenal). Durante la mañana no paramos ni un momento, pudimos tocar a todo tipo de animales (conejos, patos, ocas, gallinas, ovejas, cabras, pollitos) e incluso darles de comer.
Resultó una experiencia genial para conectar con la naturaleza. Además, nuestro peque disfrutó muchísimo montando en pony y con el taller de galletas que celebramos en la ciudad de la duendes (casas con forma de setas) donde los niños pudieron amasar y hacer forma a los dulces. Esta granja organiza la actividad del día en familia semanalmente, podéis consultar su web o llamar. En Madrid hay otras opciones también de granjas de este tipo (de otras no tengo referencias) pero me imagino que la experiencia será igualmente muy buena. ¡Si esta Semana Santa vais a estar por aquí, puede ser un buen plan para realizar en familia!
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